"La salud también implica el entorno en el que uno se mueve, la ciudad en la que vive y la casa que habita"
La Escuela de Arquitectura firma un convenio con el Observatorio de Arquitectura Saludable
27 | 11 | 2024
Para Carlos Naya, director de la Escuela de Arquitectura, el primer paso para tener salud empieza por el lugar en el que se vive. “Creo que hay que superar el prejuicio de dividir las cosas en compartimentos, porque tienen en verdad relación dentro del entorno construido”, detalla. Y ese entorno, a su vez, es lo que permite cuidar mejor de la salud de las personas.
El pasado curso, la Escuela de Arquitectura firmó un convenio con el Observatorio de Arquitectura Saludable para impulsar el conocimiento y sensibilizar, tanto dentro como fuera de la Universidad, sobre el impacto que los espacios tienen en la salud física y mental de las personas. Mediante este acuerdo, ambas entidades se comprometen a realizar programas, cursos, investigaciones o actividades que tengan como principal objetivo la formación en arquitectura saludable.
“No obstante, aunque parece algo novedoso, tanto la Escuela como otros centros de la Universidad llevan muchos años investigando e impartiendo docencia en torno a esta área”, subraya Carlos Naya. “César Martín, profesor de la Escuela, impartió hasta hace algunos años una asignatura sobre arquitectura y salud, que compartía con profesores de la Escuela de Arquitectura. Y Ana Sánchez-Ostiz, quien actualmente forma parte del grupo SAVIA (Sostenibilidad Ambiental, Vivienda, Industrialización y Arquitectura), ha trabajado con su equipo temas relacionados con la calidad del aire y el CO2. Hay que tener en cuenta también a investigadores de otros centros, como es el caso de Jesús Miguel Santamaría, del Instituto BIOMA, con quien también hemos colaborado”.
Por su parte, Santamaría comenta que, a través de la investigación, se puede entender mejor cómo factores como el aire que respiramos, la luz natural, la temperatura o el ruido afectan a nuestra salud y bienestar: "Estos conocimientos permiten a los arquitectos diseñar edificios más saludables, que no solo sean funcionales, sino también confortables para las personas que los habitan, creando entornos que promuevan tanto la salud física como mental".
El convenio con el Observatorio de Arquitectura y Salud pretende ser un catalizador para coordinar todos estos proyectos. Para Carlos Naya, la salud es un punto en común entre la Escuela, otras facultades de la Universidad y la Clínica, lo que les ha llevado al Observatorio a interesarse por el centro académico. “Aquí entra también en juego la lección magistral que Navidad Canga, de la Facultad de Enfermería, impartió en el acto de apertura de curso 2024-25, donde dejó claro que la salud no se trata solo de ir al médico, sino de algo más. Estar enfermo es no tener salud, y hay que pensar por qué. Al final, todo está relacionado con el entorno que se frecuenta, la casa en la que se vive o la ciudad en la que uno se mueve, por ejemplo”.
Rita Gasalla, presidenta del OAS, y Carlos Naya, director de la Escuela de Arquitectura, durante la firma del convenio
Al unir fuerzas, lo que se ha conseguido son soluciones "que no solo protegen el medioambiente, sino que también mejoran nuestra calidad de vida", relata Jesús Miguel Santamaría. En este caso, la Escuela de Arquitectura y el Instituto BIOMA han colaborado también con DATAI para el desarrollo de gemelos digitales: "Se trata de unas herramientas que simulan el comportamiento energético de los edificios y analizan cómo algunos factores, como la calidad del aire y el confort térmico, afectan a la salud de quienes los ocupan".
“El objetivo es que los edificios nos cuiden y que nosotros cuidemos de ellos. En el caso de la Universidad, debemos cuidar el campus para que el campus nos cuide a nosotros”, subraya el director de la Escuela. Este concepto del cuidado no solo incluye la sostenibilidad como uno de los principios o propiedades de los proyectos arquitectónicos: “Norman Foster, arquitecto británico, montó en Madrid un máster, Healthy Cities, es decir, Ciudades Saludables. Esto nos remite a una idea: el diseño de los edificios tiene que procurar la salud de las personas que los habitan”.