Francisco Moscoso: "Gracias al trabajo del padre Alliaume en Argelia podemos acceder a textos que recogen una tradición cultural centenaria"
El catedrático en Estudios Árabes e Islámicos en la Universidad Autónoma de Madrid ha destacado la gesta religiosa y cultural de la Sociedad de los Misioneros de África en el Sáhara de Argelia en un seminario del Reto ICS 24-25
05 | 12 | 2024
La Sociedad de los Misioneros de África, conocida también como Sociedad misionera de los Padres Blancos, llegó por primera vez al Sáhara argelino en 1868. Desde ese entonces han realizado inmensas labores de apostolado para asentar la presencia de la Iglesia Católica en un país mayoritariamente musulmán. Además de su gesta religiosa, los padres blancos se dedicaron a escribir sobre el patrimonio cultural argelino hasta mediados del siglo XX. Sin pretenderlo, se convirtieron en fuentes históricas sobre la etnografía y tradiciones del mundo árabe argelino, que era totalmente oral. Francisco Moscoso, catedrático en Estudios Árabes e Islámicos en la Universidad Autónoma de Madrid, ha impartido un seminario con motivo del Reto ICS 24-25 ‘Occidentalismo-Orientalismo: miradas cruzadas’. El experto ha compartido sus investigaciones en torno al bagaje histórico de los textos escritos por los Padres Blancos sobre la cultura y los modos de vida del Sáhara argelino.
La riqueza de la cultura oral
Según ha apuntado el experto, uno de los grandes receptores del tejido cultural del desierto argelino fue el padre Yves Alliaume. Este padre blanco se dedicó durante casi 50 años (de 1926 a 1975), además de sus labores apostólicas, a escribir miles de textos que narran tradiciones, costumbres, cuentos, historias populares, anécdotas y relatos familiares que no se encontraban transcritos en ningún papel, sino que formaban parte de la cultura oral de los argelinos. Alliaume supo ver la riqueza que le rodeaba y escribió todo lo que los habitantes del Sáhara argelino le compartían sobre su cultura en forma de relatos e historias. “Gracias al trabajo de Alliaume podemos acceder a textos que recogen una tradición cultural centenaria, estilos de vida que vienen desde la Edad Media”, asegura el profesor Moscoso.
La integración de los Padres Blancos en el mundo árabe, concretamente del padre Alliaume, ha logrado reunir un patrimonio cultural e histórico. Así lo afirma Moscoso: “El Padre Alliaume hizo una labor ingente en este sentido, editó documentos que no estuvieron publicados nunca, casi dos mil páginas de textos etnográficos, que describen toda la sociedad del Sáhara argelino”.
La forma de transmitir el conocimiento y la educación, como en muchas otras partes del mundo, era de forma oral. Alliaume se interesó en escribir para convivir y aprender de los locales y facilitar la integración de los Padres Blancos que llegaron después que él. “Hoy en día, estos textos sirven para acercarnos a ese tejido cultural sostenido por las historias, dichos, relatos, cuentos populares y tradiciones que han sido compartidas oralmente por siglos. Representan formas de vida que cada vez se difuminan más”, señala.
Según ha explicado el ponente, los Padres Blancos, después de aprender la lengua materna (árabe argelino) se dedicaron a convivir con diferentes pueblos y dar testimonio de su fe. Todos los textos, también los del padre Alliaume, están escritos en árabe argelino. Además de la riqueza etnográfica para acercarnos a las costumbres y modos de vida centenarios, los textos también poseen un valor dialectológico importante. Esto se debe a que el árabe materno del Sáhara argelino es una lengua que ha quedado desplazada por el árabe clásico. Los textos en esta variación del idioma representan una herramienta muy rica para la investigación de la lengua, ya que carece de cualquier carácter institucional y no está regulada.
Las Hermanas Blancas, la rama femenina de la Sociedad de Misioneros de África que se fundó en Argelia, también fueron muy importantes para la labor del padre Alliaume. Ellas se dedicaban a la educación femenina y aportaron muchos textos etnográficos en este sentido. “Recogieron la tradición oral propia de los lugares femeninos, donde solo las mujeres participaban. La mujer en todas las culturas siempre ha sido la depositaria de la memoria colectiva porque pasa más tiempo con los niños y los educa, conoce más cuentos e historias”, ha destacado el profesor Moscoso. En definitiva, ellas le hicieron llegar muchos textos al padre Alliaume, pues él no podía compartir de la misma manera con las mujeres argelinas.
La Iglesia en el desierto argelino
En la actualidad, hay 4 diócesis en Argelia: la Arquidiócesis de Argel, la Diócesis de Constantina, la Diócesis de Orán y la Diócesis de Laghouat. El profesor Moscoso ha detallado que en un país con mayoría musulmana y hostil en muchos momentos con la Iglesia Católica, el asentamiento de estas diócesis es fruto de una semilla que a lo largo de los años han plantado los misioneros. Sobre este punto, ha concluido lo siguiente: “El padre Alliaume solo bautizó a una persona y muchos pueden pensar para qué tanto esfuerzo. Es importante la presencia cristiana en un medio diferente al tuyo. Esa presencia implica contacto y diálogo. Y ahí dieron testimonio durante mucho tiempo, a pesar de la hostilidad que sufrieron”.